Una Reflexión

No sé si alguien leerá estas líneas, tengo la esperanza que así sea, aunque sospecho que mis post solo son revisados por máquinas robots que revisan millones de páginas al día en la web. Tal vez, algún día, esas máquinas puedan escribir, pensar y amar mejor que nosotros.

Amar, ese es el fundamento de nuestras vidas, y ¿cómo puedo lograr amar?, ¿por qué necesitamos amar’, ¿qué significa amar de verdad?

Son preguntas que no he planteado de forma directa en este blog, ya que me he quedado en las formas del amor romántico, en los adornos y en los señuelos que nos distraen de poder cultivar y madurar un amor verdadero entre dos personas.

Así es, todas las palabras, canciones, poemas que supuestamente hablan del amor, generalmente no lo hacen, hablan del egoísmo, del orgullo herido, de la posesión del otro o simplemente del ardor sexual. Claro son situaciones que son parte de una relación, pero si lo miras con detención muchas veces son los obstáculos que impiden, ciegan o pierden a una pareja.

El amor es simple, si éste existe no habrá nada en el mundo que pueda separar a dos seres que se aman. No hay necesidad de bajar estrellas, ni poner el mundo a los pies del otro, ni cruzar ríos ni valles para demostrar todo lo que estoy haciendo por el otro. No, no es necesario porque si hay amor siempre serán muy simples las acciones que se darán entre ambos. No se pedirán sacrificios innecesarios, en realidad no se pedirán nada, se darán lo que son el uno al otro, buscando siempre la felicidad y bienestar de la persona amada.

Me dan risa esas recetas que dicen que hay que cuidar los detalles, o esa infalible recriminación que acusa de dejar de prestar atención a la pareja, o que el acto de amor más grande es llevarle el desayuno a la cama y tanta tontera junta, y digo que son tonteras porque son acciones que se descontextualizan del verdadero amor.

Si hay amor, los detalles, las atenciones nacen, y todos esos detalles y acciones generan un universo paralelo y propio de esa particular pareja, (un universo paralelo como alguien alguna vez me dijo) donde  el amor fluye como una corriente energética que da vida a ambos integrantes de la pareja.

Y ese amor está fundamentado en el respeto mutuo, en la confianza absoluta del uno en el otro, en la comunicación fluida y permanente y en el deseo de ambos integrantes de querer seguir juntos dispuestos a enfrentar las dificultades, a comprenderse y apoyarse, a ser leales y fieles a su compromiso, adquirido en una libertad completa, aceptándose el uno al otro como son, sin prevalecer en luchas inútiles de poder y orgullo, sin juzgar y siempre comprendiendo. 

¿Es difícil verdad? Pero yo creo que todos conocemos alguna pareja que sin necesidad de ostentar su amor demuestran su amor de manera simple y bella, no como sucede con muchas otras parejas que recalcan continuamente que tienen una maravilla de relación y la verdad es muy distinta, pero vuelvo a esa pareja feliz, ellos dos  se ven relajados, felices y compenetrados el uno con el otro, y muchas veces parecen emitir una luz cuando están juntos, esa es la luz del amor verdadero. Una luz que difícilmente las palabras que he escrito puedan describirla o explicarla.