El Primer Encuentro (y canción de regalo)
EL PRIMER ENCUENTRO (*)
Nos conocimos virtualmente a través de los variados medios del mundo interconectado: correos electrónicos, chats, posteos en nuestros blogs, coqueteos y mensajes subliminales. Insinuaciones que no quería tomar en serio, pues tu juventud era una frontera que no me animaba a traspasar. Pero decidida, tomaste la iniciativa con una ofensiva de mensajes insinuantes y bellos en mi teléfono celular, una acción directa, por así decirlo.
Y finalmente,
venciendo mis reticencias y cautelas, acordamos conocernos físicamente con una
invitación a compartir un café. Llegué antes que tú al punto de encuentro y,
tras unos minutos de espera, te vi: una figura enfundada en un sweater gris
claro, cabello largo, dos ojos felinos brillando, la encarnación de una
depredadora femenina, aire salvaje. La belleza que había estado esperando por
siglos se dirigía hacia mí. Me miraste y, de forma decidida y con una sonrisa
que invitaba a devorarte, me dijiste: ¡Hola!"


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