El dolor

¿Será que nunca creí que la tristeza, la pena, pudieran generar dolor físico? El dolor, abstracto concepto cuando se le otorga una dimensión emocional, ese mismo dolor que pegó tan fuerte al fondo mismo de mi pecho.

De joven lo asociaba a la pérdida física de un ser querido, de algo que le pasaba a otros, algo que no se materializaba, que no se manifestaba en mi cuerpo; no podía ver ni imaginar siquiera, que podía dejar sin respiración, que podía vaciar el interior de todo lo que puede importar, que arrasa sin piedad hasta la intención más pura.

Dolor que surgía desde mi interior hasta hacerme llorar, un dolor que era el dolor del otro, un sentimiento increible si lo contaba, que era de inmediato descalificado ante la lógica implacable del que está viviendo dentro de la normalidad.

Un dolor que se fue haciendo tangible cada vez más, ya no era algo que había escuchado era la carencia de la compañía anhelada, del calor de una mano que no volvería a juntar con la mía...eran los ecos de voces y risas que surgían desde calles ahora sin luces ya sin dirección y sin destino.

EL dolor material que no se veía al inicio de las historias uqe marcaron mi vida y que solo presagiaban felicidad y alegría sin fin.

El dolor, el maestro de la vida, que nos enseña de manera brutal a veces, o pausadamente infiltrando cada celula del cuerpo, dejándolo casi seco, casi vacío...el dolor que llama a nuestro instinto de sobrevivencia..para sobrevivir y poder enfrentar a otro nuevo dolor..